Los buenos conservadores españoles abortan en Inglaterra, ahorran en Suiza, cazan elefantes en Botswana y se manifiestan en la intimidad. En España es cada vez más difícil ejercer derechos democráticos básicos porque se está restringiendo el ejercicio de las libertades democráticas. So pena de arriesgar el derecho a pagar multas, procesamiento y cárcel. Y no sólo el derecho de manifestación.
Estamos asistiendo a un torrente de casos de detención y procesamiento de humoristas, sindicalistas, periodistas, manifestantes, blogueros,… sin precedentes. Mientras tanto y de forma paralela, desde el Ministerio del Interior se asciende a coronel al hijo de Tejero, que fue cesado por celebrar el aniversario del 23-F, o se mantiene en loas del Gobierno a torturadores y golpistas reclamados por la justicia argentina como el excapitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas Aguilar o el torturador ‘Billy el Niño’.
Estamos dirigidos por personajes tan “brillantes” y “eficientes” que todo lo encomiendan a los dioses del cielo, que suelen ser los dioses de los paraísos fiscales y de los bancos suizos. Recordemos que la conocida “Ley mordaza”, importante motor de esta deriva autoritaria y antidemocrática fue promovida por el anterior Ministro del Interior, quien se basaba en el ‘amparo divino’, para lo que concedía una medalla policial a una Virgen, la medalla de oro al mérito policial a la Virgen del Amor. En definitiva: “a Dios rogando y con el mazo dando”. Con motivo de la aprobación de dicha ley la prensa internacional acusó a Rajoy de ir “camino de una dictadura”. “Camino a una dictadura”, “amenaza a la democracia”, “problemática”, “autoritaria”, todos ellos términos que han aparecido en la prensa internacional, en relación al anteproyecto de Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana (apellidada ‘ley mordaza’). Las críticas a dicha ley aparecieron en el diario británico The Guardian, el alemán Die Tageszeitung (TAZ), y otros rotativos europeos.
En el momento actual los dirigentes del PP con el apoyo entusiasta de Ciudadanos, se plantean la reforma del Código Penal, y la modificación de la Prisión permanente revisable para endurecerla en varios supuestos, lo que en la práctica será un recorte más de los derechos humanos y un camino hacia la restauración de la cadena perpetua, prohibida en la Constitución que ellos no aprobaron y que hoy defienden entusiásticamente. Dentro de nada, nos vendrán con la propuesta de restaurar la pena de muerte y el garrote vil.
Luego ya se verá a quienes se aplican.
Seguiremos denunciando la deriva autoritaria y el camino al estado policial. Las fuerzas policiales deben estar para garantizar la seguridad de los ciudadanos y el libre ejercicio de los derechos y libertades (Artículo 104 de la Constitución) y no para reprimir manifestaciones pacíficas como hemos comprobado recientemente; para limitar la libertad de expresión; o para espiar a los adversarios políticos ilegal e ilícitamente. Y sí deberán estar para perseguir a los corruptos que evaden impuestos o roban al erario público para luego llevar a Suizo sus botines. Y para evitar y perseguir casos que generan verdadera alarma social.
En una palabra: evitemos que el Estado convierta el ejercicio de los derechos y libertades en un delito.
Veamos el último colofón de esta historia: